Nos propusimos pasar unas vacaciones, viajando y a la vez haciendo deporte. El medio sería la piragua y el sitio elegido una isla del archipiélago balear; Menorca. La isla más oriental y la menos poblada, declarada Reserva de la Biosfera y un paraíso de la arqueología.

-”Tengo unas ganas de la ostia de hacer alguna travesía en piragua por el mar.”
-”Pues no estaría mal...”-”¿Qué tal una isla?”

Yo había estado en Mallorca hacía un mes, más por acuerdo general, que por mis propias convicciones. Aún así me sorprendieron muchísimo sus paisajes y sobre todo alguna de sus calas. Había oído hablar de Menorca y de su carácter menos masivo, pocas playas tipo “Benidorm” y muchas calas tipo “Caribean” ¡la bomb!... Así que la propuse como destino y ahí empezaron los preparativos.
En un principio nos juntamos 3 amigos (Txorri, Iñaki y el mendas) con un proyecto pero sin una fecha concreta, sin mucha información y sin lo más importante: las piraguas... Casi nada!!!
Al poco tiempo se unió un nuevo componente (Rubén) al oírme pronunciar la palabra “travesía” mientras hablábamos del verano.

-”Puedo hablar con Antxón para lo de las piraguas...”Dicho y hecho, el problema más importante solucionado y bajo nuestros traseros cuatro estupendas piraguas Prijon de travesía: dos Kodiak y dos Seayak.

-”Y ¿cómo vamos con los barquitos hasta Menorca?”

Transmediterránea si no pasa las piraguas con algún coche , no hace ni mirarlas. Así que aumentó el presupuesto 40.000 Ptas. de ida y lo mismo de vuelta . El avión ni se nos pasó por la cabeza por los cerca de 5 metros de longitud de los barcos y desechamos la última opción de pillar el Arga todo para abajo, coger carrerilla en el Ebro y todo tieso hasta Menorca...
In extremis , se nos juntó otro “bucanero” ( Gaizkilla), con lo que ya estábamos cinco componentes para un objetivo común: “la vueltica a Menorca”.


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